Condiciones laborales en las fincas de la Compañía Matte Larangeira. (Foto: Arquivo Público Estadual de Mato Grosso do Sul)

Poco después de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), una compañía brasileña tenía 1.902.800 hectáreas – casi el tamaño de Israel – en tierras paraguayas. Para realizar la producción de yerba mate, la Compañía Matte Larangeira utilizaba el trabajo de campesinos paraguayos y de pueblos originarios de la etnia Guarani-Kayowá.

Se les prohibía abandonar la finca, teniendo su “pago” convertido en mercaderías del almacén perteneciente a la Compañía. Esa condición análoga a la esclavitud registró marcas profundas en la historia de la frontera entre Paraguay y el actual estado brasileño de Mato Grosso do Sul. Al punto de estar en la raíz del actual genocidio realizado contra los Guarani-Kayowá.

La compañía surgió a comienzos de la década de 1880 después de que su fundador, Thomaz Larangeira, hizo parte en la misión demarcatoria que redefinía la frontera seca entre Brasil y Paraguay. Como consecuencia de la guerra, el Paraguay vivía una situación de penuria. Larangeira entrevió la oportunidad de adquirir a precios irrisorios una inmensa cantidad de tierras para la explotación de la yerba mate.

Mientras que consolidaba sus propiedades paraguayas, el empresario se valió de su influencia política junto a la familia Murtinho, entonces una de las principales oligarquías de la región Centro-Oeste de Brasil, para recibir del gobierno imperial el derecho de explotación de la yerba mate en el Sur de Mato Grosso.

La incorporación de los Murtinho como socios de la compañía inauguraría una serie de ampliaciones a la concesión original, que culminaría en el arrendamiento de más de 5 millones de hectáreas de tierras públicas – una cifra record – y el monopolio de la explotación de la yerba mate en Brasil.

CONFLICTO CON COLONOS Y DERROCADA

Durante su auge, la Compañía Matte Larangeira exportó a través del Paraguay y libre de aranceles, 5 mil toneladas anuales de yerba mate para la Argentina. Para transportar su producción, la compañía construiría a las márgenes del Río Paraguay la ciudad de Porto Murtinho.

Embarque de yerba mate en Porto Murtinho. (Foto: – Arquivo Público Estadual de Mato Grosso do Sul)

A partir de la década de 1930, la política de “colonización” promovida por el gobierno de Getúlio Vargas (1930-1945) – la “marcha hacia Oeste” – puso a la Matte Larangeira en curso de colisión con los colonos oriundos de la región Sur de Brasil, estimulados por Vargas a ocupar las tierras en el sur de Mato Grosso, donde la compañía poseía el monopolio de la yerba mate.

El derrocamiento de la compañía comenzó con la recusa del gobierno en renovar sus antiguas concesiones, culminando en 1966 en la suspensión total por Argentina de las importaciones de la yerba mate proveniente de Brasil. Era el fin de la primera gran incursión brasileña en tierras paraguayas.

CON SOLANO, LAS ESTANCIAS DE LA PATRIA

Como un país de urbanización tardía, cuya población urbana sólo vendría a sobrepasar a la población rural en 1992, el Paraguay tiene en la propiedad y en el uso de la tierra el elemento central de su desarrollo económico y social. La lucha por la tierra se convierte en un hilo conductor para comprender la historia paraguaya.

Durante la Guerra Grande, las fuerzas de Brasil, Argentina y Uruguay emprendieron una campaña feroz contra la República comandada por el Mariscal Francisco Solano López.

Desde su independencia, en 1811, el Paraguay desarrollaba un proyecto de nación autónoma y económicamente independiente del emergente imperialismo británico. Esta autonomía tenía como pilar la nacionalización de las tierras: las Estancias de la Patria eran fundamentadas en la libre ocupación por parte de los campesinos. Ellos producían alimentos para la subsistencia; yerba mate y tabaco para la comercialización.

El aislamiento geográfico, comercial y político impuesto al Paraguay por sus vecinos, llevó el país a un proceso de industrialización precoz. Se instalaron astilleros, fundiciones, alfarerías y ferrocarriles. Fue ésta la causa última de la guerra financiada por el Imperio Británico contra el proyecto independiente paraguayo.

La guerra causó una catástrofe social y la aniquilación total de la infraestructura económica del país. Una superficie de 63.325 km² (equivalente al area total de la Letónia) entre los ríos Apa Y Blanco fue incorporada al Estado de Mato Grosso a través del Tratado de Cotegipe. Otros 95.000 km² en el Chaco Boreal fueran reclamados por Argentina.

Mapa demuestra la proximidad del territorio conquistado por Brasil en el siglo XIX con su actual area de influencia

Con ello, las Estancias de la Patria fueron privatizadas en favor de grupos empresariales de los países vencedores: 5.625.000 hectáreas en el Chaco se quedaron con la empresa de capital anglo-argentino Carlos Casado S.A.; 2.137.500 hectáreas en la región oriental con otra empresa argentina, La Industrial Paraguaya S.A. y la Compañía Matte Larangeira se apropió de 1.902.800 hectáreas.

Anuncio de la empresa Liebig’s Extract of Meat. (Imagen: Reproducción)

LA EMPRESA CREADA POR EL BARON DE MAUÁ

A pesar de ser reconocido como uno de los principales opositores de la guerra, Irineu Evangelista de Souza (1813-1889), un tradicional político y empresario brasileño conocido por el título de Barón de Mauá, ayudó a crear, en 1865, una empresa que fue beneficiada por los cambios en la posesión de las tierras paraguayas. El barón ya había fallecido cuando la empresa británica Liebig’s Extract of Meat Company adquirió, a partir de 1898, 93.744 hectáreas en el Chaco paraguayo.

Liebig’s fue un frigorífico y compañía agroganadera – actuante en el Uruguay – que llevaba el nombre del barón alemán Justus Von Liebig (1803-1873), uno de los pioneros de la química orgánica y descubridor del extracto de carne.