Un estudio del observatorio de pesquisa Agribusiness Watch identificó 1.692 haciendas incidentes en territorio indígena; detrás de las superposiciones se encuentran gigantes del agronegocio mundial, la industria armamentística e inversores de los cinco continentes
Por Bruno Stankevicius Bassi
Un nuevo estudio arroja luz sobre uno de los principales obstáculos a la aplicación de los derechos de los pueblos indígenas en Brasil. Producido por el núcleo de investigación del observatorio Agribusiness Watch, el informe “Los Invasores: quiénes son los empresarios brasileños y extranjeros con más superposiciones en tierras indígenas en Brasil” revela, de forma inédita, los nombres de las personas físicas y jurídicas por detrás de 1.692 casos de superposición de haciendas en territorios delimitados.
Entre los grupos multinacionales vinculados a fincas incidentes en Tierras Indígenas (TIs) se encuentran filiales y socios de algunos de los principales grupos del agronegocio global, como Bunge, Amaggi, Bom Futuro, Lactalis, Cosan, Ducoco y Nichio. Entre los sectores económicos, los productores de granos, carne, madera, azúcar y etanol y frutas son los principales responsables por las superposiciones.
El estudio también muestra la participación de bancos y fondos de inversión en la presión económica contra las TIs. Itaú (a través de su filial Kinea) y Bradesco son los principales nombres de la lista, seguidos de XP, Gávea Investimentos, IFC y Mubadala.
Las conexiones con el poder económico no se detienen ahí. Entre los casos recogidos en el informe, hay conexiones directas con el crimen organizado. Desde las estrechas relaciones de terratenientes de la Amazonia con la Cosa Nostra, en Italia, hasta un minero ilegal vinculado al mayor contrabandista de diamantes del mundo.
“Es el capital nacional e internacional, legal o ilegal, el que firma la violencia”, afirma el director del observatorio, Alceu Luís Castilho. “El planeta que mira a Brasil para exigir la preservación de la Amazonia es el mismo que necesita saber mejor quién financia las destrucciones”.
Haga clic aquí para descargar el informe completo. Abajo, el vídeo sobre el dossier:
EL INFORME DETALLA LAS SUPERPOSICIONES EN TODAS LAS REGIONES DE BRASIL
A lo largo de seis meses, un equipo multidisciplinar de periodistas, geógrafos, historiadores y un jurista revisó la información sobre propiedades rurales registradas y certificadas por el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra), obtenida a partir de tres bases de datos: el Sistema de Gestión de Tierras (Sigef), el Sistema Nacional de Catastro Rural (SNCR) y el Sistema Nacional de Certificación de la Propiedad (SNCI). A partir del listado inicial, se realizó un cruce con los metadatos de cobertura y uso del suelo de la plataforma MapBiomas – Colección 7, con datos disponibles hasta 2021, para obtener información sobre el uso económico de las áreas superpuestas.
En total, las superposiciones de tierras indígenas abarcan 1,18 millones de hectáreas, una superficie del tamaño del Líbano. De este total, el 95,5% se encuentra en territorios pendientes de demarcación. Los datos también muestran que el 18,6% de la superficie solapada se destina a la producción agrícola y ganadera. De este total, el 55,6% está ocupado por pastos y otro 34,6% por soja.
Este avance se produjo a costa de la preservación del medio ambiente. El cruce de la superposición con datos satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) identificó la deforestación de 46,9 mil hectáreas entre 2008 y 2021, considerando sólo las áreas en TIs.
El informe también señala la existencia de una correlación directa entre las superposiciones y los datos sobre conflictos y muertes de indígenas, con énfasis en los territorios de los pueblos Kanela/Timbira, en Maranhão; Guaraní Kaiowá y Terena, en Mato Grosso do Sul; y Pataxó, en Bahía.
Toda la información territorial utilizada en el informe está, desde hoy, a disposición del público interesado en explorar este enorme volumen de información. Se puede acceder a la base de datos completa con las 1.692 superposiciones aquí.
SUPERPOSICIONES CONECTAN LAS TIERRAS INDÍGENAS CON EL CAPITAL EXTRANJERO
La invasión de territorios indígenas en Brasil es sistémica. Aunque gran parte de los conflictos y la violencia se concentran en el ámbito local -mineros, madereros y pistoleros a instancias de los terratenientes-, es en los llamados centros de poder del agronegocio “moderno” donde se concentran los beneficios de este modelo agroexportador.
Realizando una investigación cualitativa basada en datos de tierras del Incra, Agribusiness Watch identificó el origen del capital de 156 personas físicas y jurídicas entre los titulares de las 1.692 superposiciones en TIs. Desde empresas multinacionales con sede en otros países hasta inversores extranjeros, fue posible rastrear conexiones económicas en catorce países, abarcando los cinco continentes.
Los casos incluyen desde países vecinos como Paraguay y Bolivia, base de operaciones de dos empresarios brasileños que emigraron en la década de 2000, hasta Nueva Zelanda, al otro lado del mundo.
Dentro de Brasil, el flujo de capitales también tiene una tendencia clara, migrando del Sur y Sudeste del país hacia las regiones Norte, Nordeste y Centro-Oeste. Paraná lidera la encuesta, siendo sede de 43 individuos o empresas con coincidencias en TIs. Le sigue São Paulo, con 34 identificados. En un movimiento que emula las banderas del siglo XVIII, los terratenientes salen del Sur hacia las regiones del Centro Oeste, Noreste y Norte. O, mejor dicho: no salen. En el “bandeirantismo” (pionerismo) de las superposiciones, quien viaja es el capital.
| Bruno Stankevicius Bassi es coordinador de proyectos en Agribusiness Watch. |
