Cuarta Frontera

En el puente “de la amistad” y del contrabando también circulan agrotóxicos

Bruno Stankevicius Bassi | 18 de novembro de 2017

Estancieros y empresas agropecuarias compran venenos con nombres en portugués, en la Ciudad del Este, de una agropecuaria brasileña; ni el presidente Horacio Cartes se escapa de acusaciones del contrabando; Comisión Parlamentaria de Investigación en Brasil mencionó una de las empresas de su grupo.

Mientras la frontera entre Mato Grosso do Sul, en el Brasil, y el departamento de Amambay, en el Paraguay, se destaca por el tráfico de drogas, la divisa entre Foz do Iguaçu y Ciudad del Este es la principal ruta para los productos contrabandeados. En 2016, la Receita Federal del Brasil, incautó el equivalente a US$ 67 millones en mercancías en la región de la Triple Frontera. Se estima que hay más de 300 puertos clandestinos operando en el Río Paraná, incluyendo el lago de la Usina de Itaipú. En ambos casos hay conexiones con el universo agrario.

Con el aumento en la fiscalización en el Puente de la Amistad desde 2006, buena parte del flujo de cigarrillos, drogas, armas y medicamentos ha migrado a los pequeños botes que atraviesan diariamente el río. Sin embargo, el año pasado se incautó el equivalente a US$ 4,8 millones en productos contrabandeados por el puente binacional. Entre estos productos están los agrotóxicos. Del Brasil para el Paraguay y, principalmente, del Paraguay para el Brasil.

El Paraguay se ha convertido en un laboratorio de pruebas para venenos agrícolas, como adelantamos en reportaje del eje Subimperio: “Brasileños protagonizan conflictos agrarios en el Paraguay”. Esto incluye productos prohibidos en el Brasil. En 2016, el periódico Zero Hora, de Rio Grande do Sul, transmitió una serie de reportajes mostrando la facilidad con que agrotóxicos pueden ser comprados en Ciudad del Este.

Una de las empresas visitadas por el reportero, un empleado presentó una lista especial para clientes brasileños. La lista contenía los nombres de los agrotóxicos en Paraguay con su nombre correspondiente en el Brasil. Es una forma de burlar la ley restrictiva impuesta por el Ministerio de Agricultura brasileño para la importación de insumos agrícolas. Realizadas sin la presentación de la recaudación agronómica exigida por la ley brasileña, esas ventas incluyen agrotóxicos como el Benzoato de emamectina y el Imidacloprido, que tuvieron rastros encontrados en alimentos comercializados en la Central de Abastos de Rio Grande do Sul (Ceasa), en Porto Alegre.

NEGOCIOS A LA CARTES

Mapeamiento del origen del contrabando en Brasil menciona empresas del Grupo Cartes. (Imagen: Câmara dos Deputados)

Pero ningún nombre brasileño puede competir en importancia con el de Horacio Cartes. Multimillonario, dueño de estancias y del mayor grupo empresarial del Paraguay, el presidente extiende sus tentáculos – según los parlamentares brasileños – por las fronteras con Mato Grosso do Sul y con el Paraná, por donde entra gran parte del contrabando de cigarrillos, medicamentos y electrónicos.

Quien dice eso es el informe final de la CPI de la Piratería – Comisión Parlamentar de Investigación realizada en 2004 por la Cámara de Diputados de Brasil para averiguar el origen de los productos contrabandeados en el país. Allí fue señalado que una de las empresas del Grupo Cartes, la Tabacalera del Este S.A. (Tabesa), mayor proveedora de cigarrillos del Paraguay, respondía al 41,9% del mercado negro de cigarrillos en el Brasil. El presidente negó las acusaciones.

Cartes era una figura secundaria en la política hasta asumir la presidencia del Paraguay en 2013, por el Partido Colorado. Al llegar al poder, él escondía un largo historial de acusaciones y procesos judiciales. Su ficha criminal fue misteriosamente perdida durante el gobierno de Nicanor Duarte (2003-2008), que tuvo su campaña electoral en gran parte financiada por el Grupo Cartes.

En 1989, Cartes pasó 60 días preso por evasión de divisas. En 1996, respondió al proceso por falsedad ideológica y estelionato. En 2000, fue acusado de homicidio culposo en un accidente de tránsito. En el mismo año se encontró un avión de matriculación brasileña con 20 kilos de cocaína y 343 kilos de marihuana prensada en la hacienda La Esperanza, de su propiedad, ubicada en el distrito de Capitán Bado, frontera con Coronel Sapucaia. Según su defensa, la aeronave hizo un aterrizaje de emergencia en el área y no había conexión con Cartes.

Horacio Cartes ya fue detenido por evasión de divisas. (Foto: Marcelo Camargo/Agencia Brasil)

Cartes es uno de los mayores latifundistas del Paraguay. En el informe de Oxfam – base para la lista del observatorio sobre los mayores latifundistas brasileños en el Paraguay – el Grupo Cartes figura en el 15º lugar, con 34.400 hectáreas. Los críticos del gobierno dicen que el presidente tiene mucho más. En esa lista el conglomerado aparece con la Ganadera Chajá, en el departamento de Boquerón, y con la empresa Ka’aguy Pora S.A., en el departamento de Alto Paraguay.

Estos dos departamentos se quedan en el Chaco, la región Occidental del Paraguay, menos poblada, con mayor porcentaje de población indígena y – aún – con más bosques. La explotación en esa región, en especial la ganadería y la soja, son amenazas a la supervivencia de los pueblos indígenas que aún viven aislados en esta zona. Este será el tema del próximo eje de la serie Paraguay en la Mira: Invasores del Chaco.

ENTRE PARIENTES Y AMIGOS

En los años 1990, Cartes compró una hacienda perteneciente a Milton Machado. El brasileño era investigado por tráfico de drogas por el Departamento de Investigaciones sobre Narcóticos de Estados Unidos (DEA), después de que los aviones cargados de cocaína fueron interceptados en el lugar. Machado era amigo íntimo del dictador Alfredo Stroessner. Durante la farra con las tierras públicas promovida por el ex dictador, el brasileño recibió 49 títulos de tierras.

En 2002, Cartes compró más de 12 mil hectáreas del brasileño Fahd Jamil Georges, considerado uno de los líderes del tráfico de drogas en Pedro Juan Caballero, asociado al grupo de Fernandinho Beira-Mar. Más recientemente, en 2016, el tío del presidente, Juan Domingo Viveros Cartes, fue detenido bajo acusación de tráfico de drogas.

Empresas de Cartes tienen tierras en el Chaco. (Foto: Daniel Santini)

El Grupo Cartes reúne a 30 empresas. Nueve de ellas fueron adquiridas después de la ascensión de su dueño a la presidencia de la República del Paraguay. Además de industrias y distribuidoras de cigarrillos, Horacio Cartes posee estancias de cría de ganado, industrias de bebidas, hoteles y el tradicional club de fútbol Libertad. La empresa más célebre del grupo, sin embargo, es el Banco Amambay.

Considerado uno de los principales bancos privados del país, el Amambay fue, por muchos años, dirigido por Ramón Telmo Cartes, padre del presidente paraguayo. En 2013, una denuncia del Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos colocó al banco en el centro de un escándalo de lavado de dinero. A través de una offshore en las Islas Cook, los dirigentes del Amambay habrían evadido más de R$ 321 millones, según estimaciones de la 2ª Vara Criminal Federal, en Curitiba.

Entre enero y noviembre de 1996, directores del banco – con la ayuda de agentes de las transportadoras de valores brasileñas TGV y Prossegur – montaron un esquema fraudulento donde vehículos blindados llevaban dinero vivo sacado en la Tesorería del Banco do Brasil en Foz do Iguaçu a la sede del Amambay, en Ciudad del Este.

Los vehículos blindados transitaron libremente por el Puente de la Amistad por 413 veces sin presentar declaración de porte de valor en especie a la Receita Federal brasileña. El dinero se envió al Amambay Trust Bank Ltd. en las Islas Cook, un banco de fachada creado para lavar el dinero procedente del tráfico fronterizo.

El Ministerio Público Federal denunció a seis ejecutivos del Banco Amambay por formación de cuadrilla y evasión de divisas. Entre ellos estaban una directora del banco, Guiomar de Gásperi Chaves, y Ramón Telmo Cartes, fallecido en 2011. Él era padre de Horacio Cartes. Los ejecutivos fueron absueltos en 2009, por falta de evidencias.

ACAPARAMIENTO DE TIERRAS Y DISPUTA CON CAMPESINOS

Guiomar de Gásperi es hija de Gustavo de Gásperi, célebre jurista paraguayo. Latifundista. Fallecido en el año 2015, recibió homenaje póstumo de la Asociación de Productores de Soja, Cereales y Oleaginosas del Paraguay (APS), que lo llamó “gran defensor de la democracia”. Pero las tierras ocupadas por la familia De Gásperi en el distrito de Capiibary, departamento de San Pedro, son objeto de una antigua disputa con movimientos campesinos

Campesinos acusan familia De Gásperi de ordenar incursiones policiales en la colonia Tapiracuái Loma. (Foto: EA)

Según los líderes campesinos, las 5 mil hectáreas de la Estancia Panambí son tierras ocupadas ilegalmente desde hace más de 30 años, cuyos títulos fueron falsificados durante la dictadura de Stroessner. En su defensa, De Gásperi afirmaba que la presión de los campesinos era una venganza personal del entonces presidente Fernando Lugo (2009-2012), en virtud de sus críticas al gobierno del Frente Guazú.

En 2013, sin orden judicial, más de 400 policías invadieron el asentamiento Tapiracuái Loma, vecino de la propiedad de Gustavo De Gásperi, y desalojaron a 300 familias. Ellos destruyeron una escuela rural reconocida por el Ministerio de Educación. Algunos meses después, en enero de 2014, ocho campesinos fueron detenidos por la policía. Ellos afirman haber sido torturados.

Los líderes locales acusaron a Gustavo de Gásperi de valerse de la proximidad de su hija Guiomar con el presidente Cartes para ordenar la remoción de los campesinos que luchaban por la reforma agraria. Después de la muerte de Gustavo de Gásperi, hace dos años, la familia pasó a arrendar fragmentos de la propiedad a colonos brasileños, que ahora heredan el conflicto con los campesinos.



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    Subimpério

    Fronteiras

    Invasores do Chaco

    Quarta Fronteira

    Na ponte “da amizade” e do contrabando também circulam agrotóxicos

    Bruno Stankevicius Bassi |

    Fazendeiros compram venenos com nomes em português, em Ciudad del Este, de uma agropecuária composta por brasileiros; nem o presidente Horacio Cartes escapa de acusações de contrabando; CPI da Pirataria mencionou uma das empresas do seu grupo.

    Enquanto a fronteira entre Mato Grosso do Sul, no Brasil, e o departamento de Amambay, no Paraguai, se destaca pelo tráfico de drogas, a divisa entre Foz do Iguaçu e Ciudad del Este é a principal rota para produtos contrabandeados. Em 2016, a Receita Federal apreendeu o equivalente a US$ 67 milhões em mercadorias na região da Tríplice Fronteira. Estima-se que existam mais de 300 portos clandestinos operando no Rio Paraná, incluindo o lago da Usina de Itaipu. Nos dois casos há conexões com o universo agrário.

    Com o aumento na fiscalização na Ponte da Amizade desde 2006, boa parte do fluxo de cigarros, drogas, armas e medicamentos migrou para os pequenos botes que atravessam diariamente o rio. Mesmo assim, no ano passado foram apreendidos o equivalente a US$ 4,8 milhões em produtos contrabandeados pela ponte binacional. Entre esses produtos estão os agrotóxicos. Do Brasil para o Paraguai e, principalmente, do Paraguai para o Brasil.

    O Paraguai tem se tornado um laboratório de testes para venenos agrícolas, como adiantamos em reportagem do eixo Subimpério: “Brasileiros protagonizam conflitos agrários no Paraguai”. Isso inclui produtos proibidos no Brasil. Em 2016, o jornal gaúcho Zero Hora veiculou reportagem mostrando a facilidade com que agrotóxicos podem ser encomendados em Ciudad del Este.

    Em uma das empresas visitadas pela equipe, um funcionário apresentou uma lista especial para brasileiros, contendo nomes dos agrotóxicos no Paraguai com seu nome correspondente no Brasil. Uma forma de driblar a legislação restritiva imposta pelo Ministério da Agricultura à importação de insumos agrícolas. Realizadas sem a apresentação da receita agronômica exigida pela lei brasileira, essas vendas incluem agrotóxicos como o Benzoato de emamectina e o Imidacloprido, que tiveram traços encontrados em alimentos comercializados na Central de Abastecimento do Rio Grande do Sul (Ceasa), em Porto Alegre.

    NEGÓCIOS À CARTES

    Mapeamento da origem do contrabando no Brasil cita empresas do Grupo Cartes. (Imagem: Câmara dos Deputados)

    Mas nenhum nome brasileiro pode competir em importância com o de Horacio Cartes. Multimilionário, dono de fazendas e do maior grupo empresarial do Paraguai, o presidente estende seus tentáculos – segundo parlamentares brasileiros – pelas fronteiras com o Mato Grosso do Sul e com o Paraná, por onde entra grande parte do contrabando de cigarros, medicamentos e eletrônicos.

    Quem diz isso é o relatório final da CPI da Pirataria – investigação realizada em 2004 pela Câmara dos Deputados para apurar a origem dos produtos contrabandeados no Brasil. Ali foi apontado que uma das empresas do Grupo Cartes, a Tabacalera del Este S.A. (Tabesa), maior fornecedora de cigarros do Paraguai, respondia por 41,9% do mercado paralelo de cigarros no Brasil. O presidente negou as acusações.

    Cartes era uma figura secundária na política até assumir a presidência do país em 2013, pelo Partido Colorado – o mesmo do ditador Alfredo Stroessner. Ao chegar ao poder ele escondia um longo histórico de acusações e processos judiciais. Sua ficha criminal foi misteriosamente perdida durante o governo de Nicanor Duarte (2003-2008), que teve sua campanha eleitoral em grande parte financiada pelo Grupo Cartes.

    Em 1989, Cartes passou 60 dias preso por evasão de divisas. Em 1996, respondeu a processo por falsidade ideológica e estelionato. Em 2000, foi acusado de homicídio culposo em um acidente de trânsito. No mesmo ano, foi encontrado um avião de matrícula brasileira com 20 quilos de cocaína e 343 quilos de maconha prensada na fazenda La Esperanza, de sua propriedade, localizada no distrito de Capitán Bado, fronteira com Coronel Sapucaia (MS). Segundo sua defesa, a aeronave fez um pouso de emergência na área e não havia ligação com Cartes.

    Horacio Cartes já foi preso por evasão de divisas. (Foto: Marcelo Camargo/Agência Brasil)

    Cartes é um dos maiores latifundiários do Paraguai. No relatório da Oxfam – base para a lista do observatório sobre os maiores latifundiários brasileiros no Paraguai – o Grupo Cartes figura em 15º lugar, com 34.400 hectares. Críticos do governo dizem que o presidente tem muito mais. Nessa lista o conglomerado aparece com a Ganadera Chajá, no departamento de Boquerón, e com a empresa Ka’aguy Pora S.A., no departamento de Alto Paraguay.

    Esses dois departamentos (os equivalentes dos estados brasileiros) ficam no Chaco, a região Oriental do Paraguai, menos populosa, com maior percentual de população indígena e – ainda – com mais florestas. As culturas nessa região, em especial a pecuária e a soja, são ameaças à sobrevivência dos povos indígenas que ainda vivem isolados. Esse será o tema do próximo eixo da série De Olho no Paraguai: os Invasores do Chaco.

    ENTRE PARENTES E AMIGOS

    Nos anos 1990, Cartes comprou uma fazenda pertencente a Milton Machado. O brasileiro era investigado por tráfico de drogas pelo Departamento de Investigações sobre Narcóticos dos Estados Unidos (DEA), após aviões carregados de cocaína terem sido interceptados no local. Machado era amigo íntimo de Stroessner. Durante a farra com as terras públicas promovida pelo ex-ditador, o brasileiro recebeu 49 terrenos.

    Em 2002, Cartes comprou mais de 12 mil hectares do brasileiro Fahd Jamil Georges, considerado um dos líderes do tráfico de drogas em Pedro Juan Caballero, associado ao grupo de Fernandinho Beira-Mar. Mais recentemente, em 2016, o tio do presidente, Juan Domingo Viveros Cartes, foi detido sob acusação de tráfico de drogas.

    Empresas de Cartes têm terras no Chaco. (Foto: Daniel Santini)

    O Grupo Cartes reúne 30 empresas. Nove delas foram adquiridas após a ascensão de seu dono à presidência do Paraguai. Além de indústrias e distribuidoras de cigarro, Horacio Cartes possui fazendas de criação de gado, indústrias de bebidas, hotéis e o tradicional clube de futebol Libertad. A empresa mais célebre do grupo, no entanto, é o Banco Amambay.

    Considerado um dos principais bancos privados do país, o Amambay foi, por muitos anos, dirigido por Ramón Telmo Cartes, pai do presidente paraguaio. Em 2013, uma denúncia do Consórcio Internacional de Jornalistas Investigativos colocou o banco no centro de um escândalo de lavagem de dinheiro. Através de uma offshore nas Ilhas Cook, os dirigentes do Amambay teriam evadido mais de R$ 321 milhões, segundo estimativas da 2ª Vara Criminal Federal em Curitiba.

    Entre janeiro e novembro de 1996, diretores do banco – com a ajuda de agentes das transportadoras de valores TGV e a Prossegur – montaram um esquema fraudulento onde carros-fortes levavam dinheiro vivo sacado na Tesouraria do Banco do Brasil em Foz do Iguaçu para a sede do Amambay, em Ciudad del Este.

    Os carros transitaram livremente pela Ponte da Amizade por 413 vezes sem apresentar declaração de porte de valor em espécie à Receita Federal. O dinheiro era então enviado para o Amambay Trust Bank Ltd nas Ilhas Cook, um banco de fachada criado para lavar o dinheiro oriundo do tráfico de fronteira.

    O Ministério Público Federal denunciou seis executivos do Banco Amambay por formação de quadrilha e evasão de divisas. Entre eles estavam uma diretora do banco, Guiomar de Gásperi Chaves, e Ramón Telmo Cartes, falecido em 2011. Ele era pai de Horacio Cartes. Os executivos foram absolvidos em 2009, por falta de evidências.

    GRILAGEM E DISPUTA COM CAMPONESES

    Guiomar de Gásperi é filha de Gustavo de Gásperi, célebre jurista paraguaio. Latifundiário. Falecido em 2015, ele recebeu homenagem póstuma da Asociación de Productores de Soja, Cereales y Oleaginosas del Paraguay (APS), que o chamou de “grande defensor da democracia”. Mas as terras ocupadas pela família De Gásperi no distrito de Capiibary, no departamento de San Pedro, são alvo de uma antiga disputa com movimentos camponeses.

    Camponeses acusam família De Gásperi de ordenar batidas policiais no assentamento Tapiracuái Loma. (Foto: EA)

    Segundo lideranças camponesas, os 5 mil hectares da Estancia Panambí são terras griladas há mais de 30 anos, cujos títulos foram falsificados durante a ditadura de Stroessner. Em sua defesa, De Gásperi afirmava que a pressão dos camponeses era uma vingança pessoal do então presidente Fernando Lugo (2009-2012), em virtude de suas críticas ao governo da Frente Guasú.

    Em 2013, sem ordem judicial, mais de 400 policiais invadiram o assentamento Tapiracuái Loma, vizinho da propriedade de Gustavo De Gásperi, e desalojaram 300 famílias. Eles destruíram uma escola rural reconhecida pelo Ministério de Educação. Alguns meses depois, em janeiro de 2014, oito camponeses foram detidos pela polícia. Eles alegam terem sido torturados.

    As lideranças locais acusaram Gustavo de Gásperi de se valer da proximidade de sua filha Guiomar com o presidente Cartes para ordenar a remoção dos camponeses que lutavam pela reforma agrária. Após a morte de Gustavo de Gásperi, há dois anos, a família passou a arrendar trechos da propriedade a colonos brasileiros, que agora herdam o conflito com os camponeses.

    Reportagem atualizada em 19/02/2020



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